Álvaro Serrano

III love bicis →

29/10/2013 |

El blog “I Love Bicis” de Pablo León celebra su tercer aniversario recordando todo lo que ha cambiado en este tiempo para el mundo de las dos ruedas:

Pero los nuevos ricos del sur tenían más apego a los vehículos a motor y al estatus que generaban. Hasta la crisis, que invitó a realizar una reflexión profunda sobre el modelo socioeconómico que defendíamos. La manera en la que nos movemos en las ciudades, incluida. Cuando pensamos, la bicicleta gana. 

Sí señor. Cuando pensamos, la bicicleta gana. Feliz Cumpleaños y, sobre todo, que cumplas muchos más.

“iPad Air obliga al cambio de funda” es, según El País, la principal noticia tecnológica del día →

23/10/2013 |

Portada de la sección de Tecnología de El País, 23 de Octubre de 2013

Con dos cojones.

Lo de El País con Apple ya es de risa, la verdad. Vale que no siempre es fácil pensar en un titular negativo sobre Apple, que tenga gancho para arrancar unas cuantas visitas. Vale. Eso lo entiendo pero, ¿de verdad es esto lo mejor que han sido capaces de pensar?

Por supuesto, el enlace no es a la web de El País, porque no quiero contribuir a generarles ni un click más en sus preciosos banners de publicidad.

Sinceramente, da un poquito de pena.

Tiendas especiales de bicis: restauración, cuadros a medida y cosas chulas | En bici por Madrid →

26/09/2013 |

Aun hay gente que disfruta no solo con la utilidad directa de los objetos, sino con la estética, la calidad y la historia real o inventada de esos objetos. Gente que puede gastarse un dinero en una bici nueva sencillita para dar paseos sin pretensiones pero que preferiría recuperar una bici encontrada en el pueblo y que perteneció al abuelo o una bici italiana de los años ochenta que a saber por dónde habrá corrido. Y posiblemente se gasten el mismo dinero o incluso menos en esa bici recuperada, con esa historia y esa estética que les permitirá estar seguros de que circulan en una bici absolutamente única.

Precioso artículo, y lleno de información útil. Muy recomendable.

Cuando se trata de Apple, somos todos tontos

18/09/2013

Como es de sobra conocido, el sector periodístico es uno de los más afectados por la crisis económica en España, donde multitud de profesionales ampliamente cualificados tienen serias dificultades para conseguir o mantener su empleo. Una situación como ésta, en la que los medios ven sus recursos sustancialmente reducidos, se vuelve obvia cuando medios antiguamente respetables y con una larga tradición periodística comienzan a bajar sensiblemente el estándar de profesionalidad en sus publicaciones.

Para muestra, un botón: un artículo recientemente publicado en la sección de tecnología de la edición online de El País, titulado “Me siento estafado”, y firmado por Chiqui De La Fuente.

Se trata, como sugiere el título, de un artículo de opinión. Y ya se sabe que la opinión es un tema curioso porque, como dice el dicho, para gustos los colores. Parece pues, que bajo la bandera de la opinión está permitido casi todo, incluyendo la publicación de artículos tan ineptos y marcadamente malintencionados como el que suscribe el Sr. De La Fuente, que además es directamente falso.

En el artículo, el Sr. De La Fuente lamenta sentirse estafado porque el iPad que compró “hace apenas 3 años” no es actualizable a iOS 7, la recién estrenada nueva versión del sistema operativo móvil de Apple. Una crítica que, de por sí, podría ser válida, si no fuera porque es completamente falsa, además de denotar un profundo desconocimiento del sector de los dispositivos móviles, donde la evolución tecnológica se produce a un ritmo vertiginoso. Pero vayamos por partes.

Dejemos a un lado el hecho de que el artículo no es más que un obvio y pobre intento de generar atención (los clicks de la publicidad, amigos). Esto ya sería suficiente como para cuestionar su publicación por parte de un medio como El País, pero hoy me siento con ánimos de picar el anzuelo, así que veamos un ejemplo. El Sr. De La Fuente comienza ensalzando las virtudes de su iPad, una maniobra de sobra conocida en este tipo de artículos, aunque incluso en esta parte se excede en sus comentarios:

Otra cualidad importante es que se actualiza él solito. Cuando una aplicación saca una versión más avanzada, con solo darle a un botón ya la tenemos disponible en nuestra tableta, lista para su uso.

Esto es, obviamente, una contradicción, pues si se actualizara “él solito” no sería necesario darle a ningún botón. Precisamente iOS 7 introduce por primera vez la actualización verdaderamente automática de las aplicaciones, cosa que al Sr. De La Fuente no parece aportarle mucho, ya que aparentemente él está contento con el sistema tradicional. Sigamos:

Pero hete aquí que los responsables de la marca de la manzana han decidido sacar al mercado una nueva versión del sistema operativo (el software que hace funcionar el aparato) y que ese iPad, el que usted y yo tenemos, ya no se puede actualizar. De la noche a la mañana, es un aparato antiguo. Se ha quedado obsoleto.

Aquí es donde llegamos a la parte importante. Esto es, para que me entiendan, sencillamente falso. Es, además, falso se mire por donde se mire. Fíjense que el Sr. De La Fuente evita mencionar explícitamente el modelo concreto de iPad que compró. Si tomamos su palabra como válida (visto lo visto, un riesgo, lo sé), caben dos posibilidades: que se trate del iPad original o que se trate del iPad 2. Curiosamente, no importa de qué modelo se trate, la premisa del artículo es falsa en ambos casos.

Si entendemos que el iPad del Sr. De La Fuente es el iPad 2, que se comercializó en España el 25 de marzo de 2011 (hace dos años y medio), la premisa es falsa: el iPad 2 sí que es compatible con iOS 7. Lógico, pues se trata de un dispositivo que actualmente sigue en venta. De hecho, el iPad 2 es un producto anómalo en la oferta de Apple precisamente por su extensa longevidad, algo que el Sr. De La Fuente, convenientemente, no acierta a mencionar.

Si, en cambio, entendemos que el iPad del Sr. De La Fuente es el iPad original, anunciado el 27 de enero de 2010 y que salió a la venta en España en mayo de ese mismo año, la premisa es igualmente falsa: el iPad original quedó limitado a iOS 5.1.1#Software) (fuente en inglés), es decir, no pudo actualizarse a iOS 6, con lo que en realidad su supuesta obsolescencia ocurrió hace aproximadamente un año y no ahora.

Así pues, ¿debemos creer que al Sr. De La Fuente le indigna tanto un asunto que ha tardado más de un año en descubrir? ¿O tal vez son otros intereses los que le llevan a manipular la verdad para poder criticar a Apple en este preciso momento? ¿Por qué permite El País la publicación de un artículo tan lamentablemente mal documentado y no contrastado en absoluto? Soy tan defensor de la libertad de expresión (y de opinión) como cualquiera, pero esto no un problema de opinión: es, simplemente, mentir.

El resto del artículo no es más que una repetición de los mismos argumentos sin ninguna base que tantas veces se esgrimen para criticar a Apple, como si sólo fueran aplicables exclusivamente a la compañía de Cupertino. Por ejemplo:

Ningún consumidor medio en su sano juicio hace una inversión importante de dinero en un cacharrito que en apenas tres o cuatro años va a ser más inservible que un vídeo betamax.

Otra afirmación falsa. Un dispositivo que no es compatible con la última actualización de un sistema operativo no es, ni mucho menos, inservible. Actualmente hay millones de iPads originales siendo usados en todo el mundo por gente que, a diferencia del Sr. De La Fuente, entiende que estar a la última no es indispensable. Esto es, además, especialmente digno de mención porque implica una considerable falta de respeto al lector: cualquiera que no esté de acuerdo no debe estar “en su sano juicio”. Debe ser eso, que los millones de clientes satisfechos de Apple somos todos tontos, y el único listo es él.

El mensaje que Apple lanza a sus clientes es algo así como: “Si no puede actualizar nuestros productos, no merece pertenecer a nuestro club”. Una verdadera lástima y quién sabe si un importante error estratégico, porque en el mercado hay otras opciones, algunas de ellas más asequibles y con sistemas operativos que no discriminan por razón de edad.

De nuevo, una falsedad. Me gustaría saber cuántos móviles o tablets Android fabricados en 2010 son compatibles con la última versión del sistema operativo, Android 4.3 Jelly Bean. Apuesto a que esa cifra sí que daría para un artículo interesante.

En fin, podría seguir pero creo que el asunto está claro, juzguen ustedes mismos. Para terminar, me quedo con la última frase del artículo:

Yo, como consumidor, me siento estafado.

Por fin, en la última frase, algo en lo que el Sr. De La Fuente y yo coincidimos. Yo, como lector, también me siento estafado.

ConBici pide la destitución de la Directora General de Tráfico de España, María Seguí →

25/04/2013 |

La coordinadora ibérica en defensa de la bicicleta, ConBici, ha solicitado la destitución de María Seguí como directora de la Dirección General de Tráfico. Recientemente, la señora Seguí se ha cerrado en banda en torno a uno de los aspectos más graves y polémicos que incluye la inminente reforma del Reglamento General de Circulación: la prohibición de circular sin casco en todo tipo de vías, incluso en las vías urbanas:

La reforma del reglamento general de circulación que prepara la directora de la DGT, María Seguí, pese a contener algunas cosas positivas, es desde el punto de vista de todo el sector ligado a la bicicleta de España y Europa un torpedo en la línea de flotación del impulso que en estos últimos años se está dando en la normalización de la bicicleta en las ciudades españolas. La manera de proceder de esta señora, su oscurantismo, su falta de diálogo, su prepotencia, la falta de datos que avalen las medidas que quiere tomar respecto a la bicicleta y su desprecio hacia las visiones más avanzadas de la seguridad vial respecto de la bicicleta, la descalifican para llevar a buen puerto dicha reforma y nos llevan a pedir la destitución de la señora Seguí.

Pues sí, estoy totalmente de acuerdo. Un cargo público debe ocuparse con la voluntad de servir y defender los intereses de todos los españoles, no para imponer criterios personales que van más allá de toda evidencia estadística y científica. Cuando no se escucha a los ciudadanos ni se atiende a razones, es hora de irse.

Carta Abierta a María Seguí, Directora de la DGT

06/03/2013

ACTUALIZACIÓN: Si estás de acuerdo con esta carta, puedes copiarla y enviarla tú también a María Seguí, a la dirección: secretaria.directora@dgt.es. Se trata de un asunto muy serio y cuantos más seamos, mejor.

Estimada señora Seguí,

Me dirijo a usted como madrileño y ciclista urbano, para mostrarle mi profundo desacuerdo con la reforma del Reglamento General de Circulación que está actualmente en trámite de aprobación.

Concretamente, las modificaciones que más me preocupan son las siguientes:

  • La obligatoriedad del casco en vías urbanas
  • La obligación de los ciclistas a circular por la parte derecha del carril

Estas dos medidas, entre varias otras, lejos de mejorar la calidad y seguridad de la circulación en bicicleta por nuestras ciudades, las deterioran considerablemente.

En particular, la obligatoriedad del casco es especialmente preocupante. Tal y como muestran numerosos estudios realizados al respecto, el casco obligatorio reduce sensiblemente el número de ciclistas en las calles sin proporcionar una adecuada protección en caso de accidente grave, cosa que estoy seguro usted conoce. En cualquier caso, le recomiendo que vea el siguiente vídeo para contar con una perspectiva distinta a la que ustedes le están dando al asunto:

TEDx Copenhagen - Why we shouldn’t bike with a helmet.

Estoy perplejo ante la increíble realidad de que estas medidas se encuentren actualmente en el borrador del RGC entregado al Ministerio del Interior. Se trata de medidas profundamente injustas que afectarán negativamente a muchas personas cada día, que no cuentan con ninguna justificación científica ni estadística que las avale, y que harán que la circulación en nuestras ciudades continúe siendo caótica, contaminante, y esté muy por detrás de otros países europeos y del resto del mundo. Países que hace tiempo que se dieron cuenta de que la bicicleta es una solución, y no un problema.

Por todo esto, le ruego que escuche a las numerosas asociaciones ciclistas, españolas y del resto del mundo, que unánimemente han mostrado su rechazo a esta reforma. Le pido que reconsidere la postura oficial de la DGT, y que se eliminen del borrador estas medidas tan injustas y discriminatorias para con los muchos españoles que día a día dependemos de la bicicleta para desplazarnos por nuestras ciudades.

Atentamente, Álvaro Serrano.

Mazazo brutal al ciclismo urbano en España

20/07/2012

La noticia ha pillado a todo el mundo por sorpresa. Según cuenta Pablo León para el blog I Love Bicis, de El País:

El Ministerio de Interior anunció ayer, de forma intempestiva, que en la modificación del Reglamento General de Circulación va a incluir la obligatoriedad del uso del casco en vías urbanas.

Lo más preocupante es la total ausencia de negociación en el proceso: la medida aparentemente ha salido de la chistera del ministro, que ha debido pensar que iba a quedar de maravilla con el anuncio, preocupándose por la seguridad de los ciclistas, pobrecitos. Si es por vuestro bien. Ya me lo agradeceréis.

La triste realidad es que lo único que consigue con esto es putear a la gente que, como yo, disfruta de la bici a diario y la emplea como medio de transporte de forma habitual. Si quieren ayudarnos, que legislen para que se respete al ciclista en la carretera, no para obligarle a vestirse de Power Ranger para poder circular legalmente. Entre el chaleco reflectante y el casco, ¿cuánta gente se lo va a pensar dos veces antes de coger la bici?

Diversos estudios muestran que en ciudad, debido a las velocidades que alcanzan las bicicletas, el casco no implica una drástica mejora de la seguridad como en el caso de las motos. Sí que genera, en cambio, una disminución drástica del número de pedaleantes como muestra la desastrosa experiencia australiana, donde se obligó su uso.

Esta medida no sólo es impopular, sino también ridícula, ineficaz, y probablemente dañará la propia causa que pretende proteger. La simple realidad es que la solución son más bicis, no más cascos: cuantas más bicis circulan a diario por una ciudad, mejor para todos. Mejor para los ciclistas, ya que el aumento en número y por tanto en visibilidad es la mejor garantía para su seguridad; mejor para la ciudad, porque el tráfico se reduce considerablemente; y mejor para el planeta, porque de un plumazo se reducen las emisiones a cero. Desde luego a la ciudad de Madrid le vendrían bien unos cuantos ciclistas más por sus calles para reducir la famosa boina de contaminación.

Desgraciadamente, si nos fijamos en la experiencia pasada de otros, esta medida conseguirá todo lo contrario:

Ninguno de los países centroeuropeos, con más experiencia en bici, ha legislado en esta dirección; de hecho en el mundo solo un par de países obligan al uso del casco en ciudad. Si se llega a aprobar, habrá menos bicis en las ciudades. Y eso, además de nefasto para la movilidad, sí que aumentará la siniestralidad ciclista. Europa para unas cosas, política irreflexiva para otras.

Una vez más, nuestra clase política se cubre de gloria. En su línea. Esto es España, donde nos encanta presumir de ser los más listos y los que más sabemos de todo, cuando en realidad no tenemos ni puta idea de nada. Y así nos va.

Aún no es tarde para darle la vuelta a esto, pero la cosa no pinta bien. Si queréis ayudar, podéis firmar esta petición: #NOalCascoObligatorioConBici.

Big Time 2: con Sinatra en Madrid →

04/05/2012 |

Al acabar no quería volver al rodaje. Nunca quería volver al rodaje. Pero, claro, tenía que rodar. Mi trabajo consistía en hacer que se olvidara del rodaje al acabar, sacarle de allí y ponerle de buen humor, y recorrer Madrid y limpiarle el alma, por así decirlo, y luego conseguir que volviera, y ninguna de las dos cosas era trabajo fácil.

Pero cómo he podido no ver esto antes. Antológico. ¿Dije un Martini con Frank en Las Vegas? Olvidadlo. Donde esté una noche de farra con él en Madrid, que se quite todo.

Para muestra, un botón:

Los días en que el rodaje empezaba a primerísima hora de la mañana teníamos que quedarnos en el hotel, en el Felipe II, en el Escorial. Entonces comenzábamos a beber en el bar del hotel a las siete de la tarde, y un par de horas más tarde ya estábamos deseando pegarle fuego a todo. Una de aquellas noches nos dio por lanzar sillas contra un retrato de Franco que estaba bastante alto. Los del hotel iban de un lado a otro llevándose las manos a la cabeza y diciendo que acabaríamos todos en la cárcel. La primera noche fue Sinatra el que propuso la competición. La segunda fui yo. Esa otra noche estaba especialmente venado porque Gloria DeHaven se me había escapado viva.

Porque, en aquel momento, parecía una buena idea. Cómo les comprendo. Por supuesto, la iniciativa acabó como suelen acabar esas cosas:

Aquella noche en el Felipe II me la vuelvo a encontrar, volvemos a hablar, y cuando parecía que ya estaba a punto de caramelo aparece el jodido de Carter y se me la lleva a Madrid. Cogí una botella y Sinatra se apuntó en seguida. Bebimos como fieras y antes de darme cuenta ya estaba yo lanzando sillas. Estábamos tan borrachos que aquella noche no le dimos ni al marco.

Mítico. La jodida definición de la palabra Mítico. No penséis que os he destripado gran cosa del artículo, por cierto. Es una auténtica joya que merece ser leída despacito, con calma. Y como guinda final hay una anécdota deliciosa con Ava Gardner que mejor no os cuento porque sería un crimen.

Disfrutadlo.

Big Time 3: Con Sinatra en Hollywood →

04/05/2012 |

Mi siguiente recuerdo es que voy en un coche con Sinatra y Jimmy Van Heusen. Sinatra le pregunta a Jimmy: “¿What can we do for Pedro?” y Jimmy responde lo que Sinatra ya sabía: “Vegas”.

Increíble relato de Perico Vidal. Daría el dedo meñique de mi mano izquierda por haberme podido tomar un Martini con Frank en las Vegas. Sólo uno. Hubiera sido épico.

La canción del tiempo

18/04/2012

Es madrugada en Madrid. Una taza de café bien cargado, aún caliente, descansa en la barra de un bar junto al cadáver de un cigarrillo nunca encendido cuando la campanilla de la puerta anuncia la salida de la joven pareja. Las manchas de café apenas han comenzado a secarse sobre el vestido blanco de ella, y los zapatos de él muestran signos evidentes de cansancio tras el maltrato recibido durante la noche. Su camisa desabotonada deja al descubierto la parte superior del pecho, donde el corazón se rebela contra las paredes que lo aprisionan y late con creciente fuerza, amenazando con abrirse paso. El absoluto silencio que reina en la noche tan sólo es interrumpido por el eco de sus pasos, tranquilos y acompasados, que se desplazan lentamente calle abajo. Entonces ocurre. El chico tiende su mano hacia la joven, manteniendo la palma hacia el cielo e inclinándose ligeramente. Ella, sin dudarlo, la toma y con la otra se retira el pelo de la cara mientras él la atrae hacia sí. El sudor aún perla su frente, pero a ella no le importa. No le hace retroceder. Allí, en medio de la calle y bajo la tímida luz que comienza a insinuarse en el horizonte, dos sonrisas y dos cuerpos comienzan a moverse despacio, muy despacio, como si fueran uno.

La música existe únicamente en sus cabezas. Notas que se suceden lenta pero inequívocamente en el silencio de la madrugada, sugiriendo caricias y guiños. Posibilidades. La melodía que mece los movimientos de los dos jóvenes aún no ha sido compuesta, y sin embargo eso no les impide encontrar la armonía en el cuerpo ajeno que por momentos se siente propio, la complicidad en medio del caos. Mientras, a su alrededor, el mundo sigue su curso, ignorando el milagro que en ese instante se produce en una calle perdida de la noche madrileña.

Hace trece mil millones de años toda la materia del Universo estaba contenida en un solo punto. Tiempo y espacio no existían, y nuestro diminuto planeta azul estaba lejos de haber sido imaginado por los dioses. En apenas un parpadeo, todo cambia, y el caprichoso evento que marca el inicio de nuestro viaje tiene lugar. Nuestras mentes más brillantes coinciden en que el Big Bang, pese a su nombre, no fue grande en absoluto: cómo serlo cuando las dimensiones no existen. Sin embargo, resulta sobrecogedor imaginar la magnitud de sus consecuencias. Millones de años después, en un gesto que desafía a la ciencia y a la lógica, la infinita serie de eventos que crearon nuestro mundo continúa en esa pequeña calle, donde las probabilidades cuánticas se desploman y culminan en los ojos oscuros de una muchacha nerviosa que no puede contener la sonrisa, absorta mientras baila abrazada al compás de una melodía imaginaria y se abandona al precioso momento que el azar y el Universo han creado para ella.

En esos ojos que lo miran con curiosidad, el chico se ve reflejado y, por primera vez, cree entender la razón de su existencia. Durante un breve instante, cuando la melodía insinúa una tregua, casi alcanza a descifrar el misterio oculto en la oscuridad de esas pupilas vivas y rápidas. La increíble sucesión de accidentes que le han llevado hasta allí, y el guiño que Universo le hace. El nerviosismo inicial deja paso a la tranquilidad, y cuando su mano se detiene en el cuello de ella, ya no piensa en lo que ocurre a su alrededor. En el instante que tardan sus labios en recorrer el escaso espacio que les separa de los de ella, centenares de estrellas se apagan en algún lugar, y muchas otras comienzan a brillar por primera vez, silenciando mundos enteros y viendo nacer otros nuevos. Tal es el ciclo de las cosas. Y cuando por fin se encuentran, cuando el milagro se vuelve real, los dos jóvenes se permiten olvidar por un momento todo lo que creían conocer, y nada más existe aparte de aquella calle donde el sol de la mañana aún tiene prohibida la entrada.

En apenas unos minutos la ciudad comenzará a despertar, como un gigante perezoso que bosteza y se estira deseando unos momentos más de descanso, sólo un rato más de silencio y tranquilidad. Una hora después el ruido y la frenética actividad de la realidad reclamarán de nuevo las calles, borrando de un plumazo el espejismo que envuelve a los muchachos y les convierte en el centro de todo lo que de verdad importa. Pero eso será más tarde. Ahora, aún en calma, la ciudad se torna el escenario de una victoria épica. Ahora, en ese instante que apura la noche hasta el final, dos jóvenes cometen la osadía de desafiar a las probabilidades, y se convierten en héroes mientras emprenden cogidos de la mano el camino de regreso a casa.

Somos fugaces. La vida del ser humano es sólo un parpadeo en un inmenso océano de tiempo, y los momentos que el Universo nos brinda son únicos e irrepetibles. Preciosos. Han costado demasiado, infinidad de accidentes, casualidades, tragedias y errores, como para desperdiciarlos. Como para simplemente dejarlos pasar.